El juguete del mal

El otro día terminó, una vez más, mi vaga informativa. Soy una persona que se indigna con facilidad viendo las noticias, y a la que encadeno 3 o 4 días con noticias de políticos que roban, recortes estúpidos, lapidaciones, violencia de género o cualquier salvajada del estilo, decido vivir en la ignorancia durante algunos días incluso alguna semana, pero tonto de mi siempre acabo volviéndome a indignar. 

El otro día no fue indignación del todo, fue una sensación extraña. Os pondré en contexto para ver si compartís mi visión de la noticia. Hay un país en este mundo conocido por todos, respetado por muchos y temido por otros tantos. Este país es un país moderno, en el que son muy abiertos de mente y tienen aceptadas leyes como la cadena perpetua o la pena de muerte. A la vez confían tanto en sus ciudadanos que les permiten que puedan tener armas de fuego en casa, y son tan extraordinariamente generosos que a la mínima que hay un conflicto en algún otro país no tan desarrollado como ellos acuden en su ayuda, especialmente si hay petróleo de por medio. Supongo que todos habréis adivinado que estamos hablando de los, pongámonos en pie, Estados Unidos de América.

Pues bien la noticia en cuestión comentaba que había ocurrido una cosa que en breve desvelaré que había escandalizado el país. Os podéis imaginar que tiene que ser algo muy gordo para que un país así ponga el grito en el cielo. Pues bien, “la cosa” que ha puesto en jaque a Estados Unidos es un juguete para niñas. El juguete se llama “el bebé glotón” y consiste en un bebé de estos que estamos acostumbrados, pero lo especial que tiene es que viene con una especie de sujetador que el muñeco al acercarse hace un sonido como si estuviera mamando. La verdad es que como juguete me parece de lo más repelente, pero en general ya me parecen siniestros los muñecos de bebés y no me parece más repelente que uno que hubo que se meaba, otro que gateaba u otro que se peía. 

Segundos más tarde explicaron que lo que pasaba era que incitaba a la pedofilia. No sé qué clase de mente puede excitarse con una madre amamantando a su hijo, pero ya lo que no entra en mi cabeza es que alguien diga que porque una niña este jugando inocentemente al típico “papás y mamás” esté incitando a algo tan grave como la pedofilia. Creo que la gente que llega a una conclusión así:

A) Tiene un grave problema mental

B) Tiene mucho tiempo libre

C) A y B son correctas

Que miren los problemas que tienen en su territorio y fuera de él y dejen a los niños y niñas jugar a lo que se ha jugado toda la vida, con más o menos repelencia, pero toda la vida.